Todos los adultos que hemos crecido en una familia con perros en nuestra infancia, seguimos conservando, para siempre, aquel recuerdo inolvidable: ¡Fue mi otro hermano!, ¡fue mi mejor amigo!, ¡fue mi compañero de juegos!, ¡fue mi confidente!,… Entró en mi vida y ya nunca más salió, ¡dejó huella!. Cuando has crecido con una mascota, ya no concibes una familia sin ella.

¡¿Podemos tener un perrito?!… Si ya tienes tu propia familia y tus hijos tienen edad de hablar, seguramente ya te habrán hecho esa pregunta. Si llevan tiempo pidiéndote un compañero perruno, considéralo muy seriamente. Puede ser el momento ideal para que ampliéis vuestra familia y permitas que se construya ese vínculo tan especial y espontáneo que nace entre los niños y los animales.

Las mascotas juegan un papel muy positivo y enriquecedor en la vida emocional de los niños, derivando en múltiples beneficios socioeducativos para toda la familia. Con la ayuda de las mascotas, los padres podéis enseñar a vuestros hijos, importantes valores como la confianza, la autoestima, la responsabilidad y la amistad. Los pequeños de la casa comprenden que los animales, al igual que ellos mismos, requieren cuidados, respeto y atención. Por ello, los niños están dispuestos a dedicar parte de su tiempo a cuidar a su perro, a renunciar a un juguete para dárselo a su “amigo”, a levantarse temprano para sacarlo a pasear, en definitiva, a realizar esfuerzos que les enriquecen como pequeñas personas. Hábitos saludables que pueden, incluso, llegar a contribuir a que tengan un mayor rendimiento escolar.

La familia con perro u otra mascota a su vez se beneficia de un mejor desarrollo de la comunicación y la convivencia interna; la mascota se convierte en un punto de encuentro entre padres e hijos que fomenta la compartición del tiempo común, de mayor calidad, durante los adiestramientos, los paseos, la preparación de las comidas, etc.

Sin embargo, cada familia con perro conoce bien sus limitaciones y capacidades, y no hay que olvidar que ¡los perros no son ni juguetes ni instrumentos!. El cuidado de vuestra mascota requerirá del trabajo, la organización y el compromiso de toda la familia, para que juntos, disfrutéis de los muchos beneficios que os aporta la convivencia conjunta.

Familias con perros: seguir unos consejos básicos os ayudará a conseguirlo

1. Elegir bien la raza de perro que mejor se adapta a vuestra familia según el temperamento de la raza, el tamaño del animal, el tipo de pelo del perro y de las necesidades de su estilo de vida.
2. Educar bidireccionalmente, tanto al perro como a los niños, enseñándoles a ambos las reglas básicas que debe conocer para relacionarse mutuamente.
3. Socializar a los cachorros ya durante los 3 primeros meses de vida.
4. Cubrir las necesidades básicas del perro. Un perro bien cuidado y sano será un perro feliz, y si lo mantienes así, será más cariñoso y se relacionará más estrechamente con tus hijos.

El perro no será sólo uno más de la familia, sino que, hay estudios que sugieren que podemos hablar de la “relación de los niños con sus mascotas” de la misma manera que hablamos de “la relación entre hermanos”. Todo un reto, muy apasionante para los padres y muy enriquecedor para los pequeños de la familia.